Temporada 2022. Presencialidad. Una gran preocupación por la cantidad de estudiantes y también esperanzados para que todo funcione. En esta dualidad. ¿En qué momento estamos?

Nuestra esperanza está en la fortaleza, una esperanza basada en la evidencia donde todo indica que la pandemia va en baja. No sabemos qué va a pasar y hay un grado de incertidumbre pero no podemos vivir esperando que todo esté perfecto. Hay que ser valientes y actuar en concordancia con la información más inmediata que tenemos.

¿Debemos retomar la presencialidad?

Hay que retomar la presencialidad con entusiasmo y ese entusiasmo transmitirlo a nuestros estudiantes, eso es fundamental y es la vida normal de seres humanos y no de seres alejados. Tenemos que volver a ser humanos y estar en contacto.

¿En ese contacto, cómo se inserta el Ciges?

Tenemos que estar alerta a la información epidemiológica que está circulando e informar. Ser partícipe de ello. Es uno de los proyectos que espero retomar y tener un nuevo enfoque que sea aceptado por los colegas para buscar la mejor evidencia sobre la pandemia con una participación importante. Muchas veces hay una correlación entre la prensa y el mundo político pero no con el mundo científico. Nuestra labor apunta allí.

¿Cuál es el desafío, más allá de la información, durante esta temporada 2022?

Retomar la presencialidad. Volver a vernos. Salir del metro cuadrado. Tener planes comunes y revitalizarnos. Estamos pensando en distintas estrategias para tener mejor docencia, renovada y salir de los cánones y restricciones. Proponer nuevas estrategias con programas más abiertos a la comunidad que necesita más herramientas y no hablo solo de los funcionarios de los servicios de salud o de los clínicos que quieren hacer investigación en salud. Nosotros las tenemos y debemos entregarlas de forma moderna y eficiente.