Dra. Helia Molina
Cuatro preguntas a la Dra. Helia Molina
La ex Ministra de Salud recibió la invitación a participar como expositora de la reciente Escuela de Verano que se realizó en la Universidad de La Frontera y en el marco de sus actividades brindó una breve entrevista al sitio web del CIGES, unidad académica que participó de la realización de la exitosa Escuela.
¿Qué tema aborda su presentación en esta Escuela de Verano?
Hice un curso intensivo sobre una sub disciplina que hoy tiene mucha trascendencia y que es la Pediatría Social. De alguna manera es la mirada de la salud de los niños, pero no solo desde el punto de vista de la enfermedad, sino que desde su desarrollo integral como ser humano.
¿Cómo se vincula la Pediatría Social con la Epidemiología Clínica?
La Epidemiología Clínica y la no Clínica son disciplinas subsidiarias a la Salud Pública. En mi caso, trabajo en desarrollo infantil y no tenemos el foco en la enfermedad pero igualmente hacemos clinical trials, cohortes, distintos estudios de casos y controles, y son los mismos diseños. Ahora, específicamente no probamos medicamentos pero la Epidemiología en general está asociada al desarrollo humano y la Epidemiología Clínica es más restrictiva al tema de la enfermedad.
Hacia dónde debiéramos apuntar con la Epidemiología Clínica y la Salud Pública con indicadores mucho mejores como los que tenemos en la actualidad. ¿Hacia dónde vamos?
Lo que usted dice es muy cierto. Chile cambió. Cambiaron las personas en términos del perfil demográfico ya que somos un país con muy baja natalidad y con una sobrevida muy larga, cada vez tenemos un cúmulo de adultos mayores y con el control que se pudo hacer de las enfermedades infecciosas, con las vacunas, saneamiento básico, antibióticos, hospitales y todas las cosas buenas que este Servicio de Salud chileno ha hecho, sin embargo hoy el desafío pasa por un tipo de daño que, a diferencia de una Neumonía o de una diarrea, que mataban pero hoy se pueden tratar y las personas quedan como nuevas, hoy, las enfermedades que nos aquejan son crónicas. Desde que parten, no terminan nunca más y hay que mantenerlas equilibradas con estilos de vida, fármacos, etc. pero no terminan nunca más.
Lo que ha aportado la ciencia hoy en día, y la Epidemiología Social ha sido un tremendo aporte, es que más de un 50% de las causas de las enfermedades de hoy tienen que ver con los determinantes sociales de la salud, más que con la biología humana. Con los estilos de vida, con las redes sociales que arman las personas unas con otras y eso pone al sector salud con un 25% de los resultados, pero el resto de los resultados tienen que ver con Vivienda, Educación, Calentamiento Global, etc. Hoy se habla de salud en todas las políticas y no podemos solucionar todos nuestros problemas solo desde el Hospital, el consultorio o la Universidad. Necesitamos que otros actores se incorporen a esta cruzada y eso se llama intersectorialidad, poner la salud en todas las agendas y políticas y eso es muy difícil. Es un desafío mayor porque la naturaleza humana es sectorial. Hay países que han logrado harto pero en América Latina estamos en pañales. Nuestro sistema de salud nos quedó muy materno infantil y no se adaptó en la velocidad que debiera a este nuevo perfil demográfico y epidemiológico.
¿Cuál es la importancia de una Escuela de Verano como la que realizó el Departamento de Salud Pública junto al CIGES?
Poner a disposición de personas que no siempre lo tienen, la educación de postítulo. Hay gente joven que viene de la atención primaria a quienes se les abre los ojos, ver nuevos desafíos para seguir trabajando, se le entregan más preguntas que respuesta pero se genera la curiosidad y generar hábitos de búsqueda en salud es fundamental. Esta Universidad siempre se ha caracterizado por ser pionera en postgrados y Epidemiología. Yo trabajo en la USACH y en la actualidad soy la Vicedecana de la Facultad de Medicina y nunca se ha hecho una Escuela de Verano. Es un tremendo esfuerzo y hay un excelente material. Me involucro, aprendo y con mi experiencia y mi historia puedo ser un aporte y eso no puedo desperdiciarlo.