Académico CIGES lidera proyecto que busca cambiar tratamiento en pacientes cardíacos
Reducir el costo de médico y personal de pacientes afectados por arritmias es el objetivo de un estudio que encabeza el Dr. Fernando Lanas y que sugiere reemplazar los tradicionales fármacos que se utilizan para esta enfermedad, por otros de última generación que ya han sido probados en sistemas de salud pública extranjeros.
Uno de los problemas de salud recurrentes en el país y que afecta principalmente a adultos mayores es la arritmia completa. Una de cada cuatro personas de edad avanzada presenta este cuadro y el riesgo de desarrollarlo aumenta con el paso del tiempo. Médicamente se conoce como fibrilación auricular e incrementa de 4 a 5 veces el riesgo de presentar un accidente vascular cerebral, embolias, hemiplejias e incluso la muerte. “Esta afección se produce cuando se pierde la sincronización de la contracción de la aurícula, lo que genera la formación de coágulos, los que se desprenden y con mucha frecuencia obstruyen las arterias cerebrales”, explicó el cardiólogo y académico de la Facultad de Medicina y del Centro de Excelencia CIGES, Dr. Fernando Lanas.
Desafío farmacológico
Con estos antecedentes, el doctor Lanas junto al Dr. Carlos Vallejos (académico del Centro CIGES y Director del Departamento de Obstetricia y Ginecología) y un equipo de investigadores y médicos de Chillán, Temuco y Villarrica, desarrollarán un proyecto del Fondo Nacional de Investigación y Desarrollo en Salud (Fonis) titulado “Estudio costo-utilidad sobre el uso de anticoagulantes orales en pacientes con fibrilación auricular no valvular en Chile”, cuyo monto de inversión supera los 16 millones de pesos y un plazo de un año para llevarlo a cabo.
El desafío es demostrar que existen alternativas al clásico tratamiento de la enfermedad -utilización de medicamentos que bloquean la acción de la vitamina K y aspirinas- y que si bien son más caras, el costo de implementar un nuevo programa se traduciría en la mejora sustancial de la calidad de vida de los pacientes. Estudios efectuados en Canadá, el Reino Unido y Estados Unidos lo han demostrado.
Se trata de los fármacos conocidos como Dabigatrán, Rivaroxabán y Apixabán, que ya están disponibles en el mercado hace un par de años y los estudios clínicos de los mismos han demostrado que no bloquean la vitamina K y actúan específicamente en puntos de la cadena de coagulación y por lo tanto son ligeramente superiores en cuanto a la reducción del riesgo de embolias o sangramientos.
Impacto
Para ello el doctor Lanas junto a su equipo efectuarán una estimación de los resultados de los programas anticoagulantes en las ciudades mencionadas y examinarán un grupo de 500 individuos que tienen un historial de tratamiento anticoagulante para posteriormente establecer que complicaciones tuvieron o tienen en la actualidad. “Los medicamentos que consumen estas personas tienen un impacto en su calidad de vida porque tienen que venir periódicamente a control, esperar un par de horas para tener resultados y además hay alimentos u otros remedios que no pueden ingerir”, señala el doctor Lanas. Entonces, a juicio del investigador, si puede establecerse un tratamiento que con fármacos que son más caros, pero que reduciría costo de hospitalizaciones y enfermedades puede resultar muy conveniente para el sistema de salud del país.