Dr. Miguel Kottow Lang
El destacado académico y profesor titular de la Universidad de Chile es uno de los máximos exponentes de la Bioética en el país. En esta entrevista le consultamos sobre su visión de la Bioética y la Epidemiología Clínica. Cabe consignar que el Dr. Kottow dictó la conferencia inaugural del Magíster en Epidemiología Clínica, versión 2015, donde abordó a la Bioética como ciencia social o actividad social, con su siempre crítica visión del desarrollo y ejercicio de la Medicina.
¿Cómo se vincula la Bioética con la Medicina Basada en Evidencias?
Hay mucho que hablar al respecto y nada de eso es grato porque son conflictivos todos estos temas. La Epidemiología para mí es una sola, sin apellidos de poblacional, molecular, clínica, u otro, es una sola. No soy epidemiólogo y no me meto pero recojo lo que existe y esa diferencia con otros países. Desde la Bioética tenemos mucha reticencia con el positivismo y la Medicina o Salud Pública Basada en la Evidencia porque la evidencia desconoce al individuo, desconoce que los estudios son metas finales, son particulares, se hacen en un grupo determinado y mientras más serios son, más determinado es el grupo, ya que tiene que ser un grupo muy homogéneo y no tomar muchas variables. Mientras más homogéneo, tendrá más validez interna pero menos externa, entonces no puedo trasladar esa información a otros grupos, regiones u etnias, lo que limita el campo de evidencia en su traslado a las prácticas.
¿Se confunde a la ética y la bioética?
Hay una distinción que no se hace lo suficiente. La bioética y la ética no son lo mismo. Cuando se habla de la ética del investigador, del médico, del epidemiólogo, se habla del cumplimiento de ciertas normas que ya están codificadas. Cuando se habla de bioética, se habla de intervenciones en el prójimo, población o naturaleza, actividades propias del ser humano y no solo mirar lo que sucede. En ese momento se juega con valores, no con normas. ¿Está bien o está mal? ¿Debemos o no debemos? Es un lenguaje que no es normativo, es un lenguaje que analiza los valores y si se justifican o no, ciertas intervenciones y omisiones. Es otro mundo.
Esta confusión se hace mucho y yo insisto en que la ética tiene claro su camino, la ética médica o la ética del investigador están codificadas y hay que cumplir las normas o ver si hay que cambiar algo en el código. Pero no tienen nada que ver con la actuación propiamente tal donde nosotros intervenimos en otros y genera una situación de debate.
Usted tiene una visión bastante crítica de la Medicina Basada en Evidencias, pero que unión positiva ve entre estas dos áreas. ¿Qué se rescata en el trabajo que puede mezclar las dos áreas?
Hay varias cosas, de partida la Medicina Basada en Evidencias me parece fundamental no para la práctica médica pero sí para la planificación de recursos. Cuando se tiene recurso escaso como es Chile, se debe gastar la plata en aquello que tenga la mayor evidencia posible y allí juega un rol esencial. Igualmente es un aporte a las políticas públicas, no como el líder pero es un aporte que juega con varias cosas. ¿El epidemiólogo es sólo un investigador, o es alguien que busca aplicar?
Segundo. Cuando se hace un aporte epidemiológico muy bien centrado y documentado se deben ver factores críticos, sociales, psicológicos, económicos que también tienen que opinar. Entonces la Epidemiología Clínica no puede decir que tiene la verdad, como lo hace la Economía. Tiene un papel fundamental pero tiene que compartir las decisiones con otras esferas de la política y del quehacer.
Tengo entendido que estará en los próximos meses más cerca de la Universidad de La Frontera y del Centro de Excelencia CIGES. ¿Cuál será su vinculación con esta casa de estudios?
Es muy antigua mi vinculación con la UFRO, pero se espera que desde mayo, dicte algunas clases y después veremos qué pasa. Tengo una muy buena voluntad y cariño para la UFRO,
y el Decano de la Facultad y académico del CIGES, Dr. Patricio Valdés, me invitó a participar de algunos eventos.